Los principios básicos que cimentaron el
desarrollo de las cámaras fotográficas, se remontan hacia la historia de la Grecia
pre-cristiana, donde el célebre filósofo Aristóteles, efectuaba experimentos para
proyectar imágenes en la pared interior de un cuarto oscuro, utilizando los rayos de luz
que incidían a través de un orificio practicado en el muro contrario.
Más tarde en el renacimiento, la versatilidad del inventor nacido en Vinci, dio origen
a los planos y prototipos para la primera máquina diseñada para capturar imágenes.
Leonardo da Vinci, siempre interesado en los fenómenos ópticos y en especial en el
funcionamiento del ojo humano, el cual consideraba como el órgano principal de nuestro
cuerpo, experimentó al igual que Aristóteles con cajas oscuras y en estas observaciones,
cayo en cuenta que el funcionamiento de nuestros ojos, era exactamente el mismo y que por
lo tanto, las imágenes también ingresaban invertidas a nuestra cabeza.
La incorporación de una lente tallada con el propósito de enfocar imágenes
utilizadas en una cámara oscura, no se registró hasta el siglo XVII, cuando los pintores
popularizaron su uso para calcar las proyecciones que se originaban sobre lienzos que
colocaban en el fondo de las «Máquinas para pintar».
Para que la fotografía se desarrollara, además de la proyección de la luz, hacía
falta la capacidad de plasmarla en algo, por ello, el desarrollo de los primeros
experimentos con nitratos de plata que realizó el científico alemán Johann Heinrich
Shulze (1726), sentó las bases para la invención de las películas fotosensibles.
La primera imagen capturada utilizando una cámara oscura, pertenece al francés Joseph
Nicéphore Niepce, que en 1826 expuso sobre placas de peltre emulsionadas con betún de
judea y fijadas con aceite de lavanda. La imagen resultante fue negativa, lo cual
confundió mucho al químico que se desgastó buscando una nueva emulsión que le diera
una imagen positiva.
Louis Jacques Mande Daguerre, se mostró profundamente interesado en el trabajo de
Niepce a quien buscó para colaborar, y al no lograr más que su rechazo, Daguerre
decidió experimentar por su cuenta. En 1835 anunció la invención del Daguerrotipo, en
el que utilizaba láminas de cobre plateadas que al ser sometidas a vapores de yodo,
revelaban la imagen expuesta. Daguerre continúo su experimentación con procesos basados
en yoduro de plata y vapores de mercurio, y con un sentido más comercial, comenzó a
realizar frecuentes demostraciones públicas, hasta que logró iniciar la fabricación de
su invento para venta y expandir su propagación por diversas ciudades de Europa. El
Daguerrotipo fue entonces considerado por la prensa como el invento del siglo.
Al Daguerrotipo siguió el Calotipo de William Henry Fox Talbot (1937), que a partir de
un solo negativo, podía generar varias copias positivas. Fox Talbot también trabajo en
el diseño de las cámaras reduciendo considerablemente su tamaño y los tiempos de
exposición que para entonces, eran de aproximadamente de 30 segundos.
Posteriormente vino el Colodión Húmedo de Sir Frederick Scott Archer, que innovó con
la obtención de imágenes casi instantáneas, revelando las placas mientras todavía se
encontraban húmedas y en 1861, el británico James Clerk Maxwell, presentó la primera
fotografía en color basada en el principio del color aditivo, que aún prevalece hasta
nuestros días.
El parte aguas en la historia de la fotografía sucede en 1888, cuando un hombre
llamado George Eastman, tuvo la visión de poner en manos de todo aquel que estuviera
interesado, una cámara con menos de 20 centímetros de largo y con capacidad para
efectuar 100 exposiciones. Una vez terminada la película, las personas únicamente
tenían que entregarla al laboratorio donde después de un par de días, recibirían
copias positivas de sus fotografías y la cámara recargada. Este nivel de portabilidad y
sencillez, fue la clave para lograr la expansión mundial del imperio Kodak y la
compenetración de la práctica fotográfica, en una sociedad ansiosa por capturar el
tiempo en sus manos.

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